Esa sensación contenida de ahogo e indiferencia dentro de tu pecho. Revisas foto por foto. Crece. No odias, solo lamentas lo que tu desbocada imaginación creo para ti. Y sigue, crece hasta querer gritarlo y no puedes. Estas contenida. Te contiene ese rostro infantil. No puedes reclamarle nada. Sentimiento áspero de soledad. Y el tiempo sigue dando tumbos en la fría mañana. Entumecida, miras suplicante ese fuego que corroe. Y esas llamas parecen no apagarse nunca. Pero solo es tu percepción contra la realidad fría y otoñal. Te consumes. Renaces. Todo en el instante agridulce de su voz profunda, y te preguntas cuando va a terminar esta locura proyectiva.
jueves, 30 de abril de 2015
Acritud
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario